¿Cómo encarar las vacaciones post pandemia?
Se acerca esta etapa del año y es casi inevitable pensar en cómo serán para nuestra familia estas vacaciones post pandemia. Si bien el final del 2021 se presenta un poco más sereno y sin modificaciones en el horizonte, no dejamos de tener un atisbo de incertidumbre, miedo de que nos cambien los planes previstos o que por algún motivo no podamos viajar. Estas variables que no figuraban en nuestras agendas antes de la pandemia ya han pasado a ser parte de nuestra agenda mental cotidiana a la hora de proyectar algo a mediano plazo.
¿Cuáles son nuestras expectativas para estas vacaciones post pandemia?
Estamos necesitados de un tiempo y un espacio diferente para recuperar energía, descansar, reír y pasar TIEMPO DE CALIDAD EN FAMILIA. Resalto la idea de “en familia” porque un aprendizaje que nos quedó de esta experiencia es que no hay tiempo que perder en lo superficial, en el ruido hueco, en esas vorágines vacacionales en las que corremos sin saber por qué. Ésta es la gran oportunidad para reencontrarnos como si hubiéramos pasado una guerra, un naufragio, y nos reunimos los sobrevivientes a celebrar la vida.
Estos casi dos años, ojalá nos hayan enseñado y transformado en personas más sabias, más desprendidas y más “disfrutadoras de lo simple”. No sé cuáles serán las vacaciones post pandemia que pueda encarar cada familia, lo que sí es claro es que no pueden faltar estos ingredientes:
- ASOMBRO: educar en el asombro, como dice Catherine L’Ecuyer, es sacar provecho de las pequeñas cosas que pueden pasar desapercibidas a nuestros sentidos y que para los chicos son maravillosas, porque todo es descubrimiento. Sobre todo, con los más chicos, que traen dentro la curiosidad, la capacidad de explorar y experimentar, no necesitan grandes ideas ni gastos para pasarlo bien. Hacen falta un papá y una mamá dispuestos a asombrarse y jugar con ellos.
- SILENCIO: puede sorprender que destaque el silencio como parte de unas vacaciones post pandemia, pero se trata de un silencio elocuente, agradable, conectado con Dios y con la naturaleza. Volver a descubrir los sonidos de los pájaros, el movimiento de los árboles con el viento, el aroma de los árboles y las flores, dejando que el tiempo fluya y que podamos hablar con Dios en la paz del paisaje en el que estén, sin tiempos que nos empujen a la próxima actividad.
- RISAS: no hay nada más sano que reírse, llenarse de endorfinas contando chistes, recordando anécdotas divertidas, una buena guerra de almohadones o de cosquillas, correr o andar en bici cantando y gritando, sacando afuera toda esa energía contenida y que nuestro cuerpo y nuestra alma necesitan. En este apartado no hay edades, es ideal para reunir a las distintas generaciones y reconocernos de otro modo, sacándonos la cara de preocupación que nos caracterizó este último tiempo.
- DEPORTE: todo aquello que signifique movimiento también debería ser parte de las vacaciones post pandemia, porque tuvimos una época muy sedentaria, muy tecnológica, situados en la misma silla, la misma mesa por largas horas, días, semanas y meses. Es hora de que el cuerpo despierte a través de caminatas, trekking, andar en bicicleta, salir a correr, jugar a la paleta, nadar, trepar, montar, todo aquello que nos resulte un desafío según la edad. Parte de cuidar nuestra salud mental es cuidar también nuestro cuerpo y a veces, lo olvidamos.
- AMIGOS: los momentos con amigos son recuerdos entrañables, nos generan mucha oxitocina porque son esa familia que se elige. Compartir desde un asado hasta una buena mateada, todo es una excusa para estar juntos, padres, chicos, adolescentes, guitarras de por medio, juegos de cartas, todo aquello que nos una y nos haga sentir pertenencia, esto que extrañamos tanto porque somos seres sociales y es como si tomáramos una pastilla de oxitocina reforzada de abrazos, risas y camaradería.
Como dice Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, “las vacaciones son esenciales para el cerebro de los niños. Numerosos estudios reflejan cómo estos días de descanso pueden ser tremendamente beneficiosos para su cerebro y más si disfrutan de tiempo al aire libre. Además, el verano es la oportunidad perfecta para que conectes con tu hijo de una forma distinta, vas a pasar 24 horas con él y eso hay que aprovecharlo. Que aprendan a fortalecer su autoconfianza y a resolver los conflictos de formas más relajadas, les va a ayudar el resto del año a sentirse mejor y a tomar decisiones más firmes. Y esto es una ayuda inestimable para educar en positivo.”
Me tomo el atrevimiento de agregar a las palabras de Álvaro Bilbao, que las vacaciones no son sólo esenciales para el cerebro de los niños, también los adolescentes, los adultos y los ancianos lo necesitamos.
De todo lo dicho anteriormente, no importa el lugar, lo que se destaca es la ACTITUD con la que los padres encaremos este proyecto tan esperado, que depende de nosotros hacer de estas vacaciones post pandemia el mejor momento posible para comenzar un nuevo año, repleto de misterios, proyectos, alternativas, y dejarnos sorprender. SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE podemos hacer de nuestro mundo un espacio de respeto, empatía y optimismo. Como dice Santa Teresa de Calcuta: “Que nadie se acerque a vos sin que al irse se vaya un poquito MEJOR Y MÁS FELIZ”.
Desde los Colegios de Apdes La Plata les deseamos unas ¡MUY FELICES VACACIONES!
Ma. Cecilia Palavecino, Terapeuta Familiar