Del Jardín a la Primaria: el gran desafío
La transición del Jardín a la Primaria es una de las más significativas que podemos vivir, tanto los hijos como los padres. Y eso la convierte, tanto en UN DESAFÍO como en UNA OPORTUNIDAD. Así, no excluyentes, porque tanto uno como otro se presentan en este momento. Frente a la novedad, a lo desconocido, a una nueva etapa vital, aparecen los desafíos y oportunidades propios de las circunstancias y también los de cada niño en particular. Es uno de los momentos más trascendentes porque implica nuevos retos para su crecimiento en lo personal y tienen que prepararse para asumir nuevas responsabilidades.
¿Qué conlleva para el niño o niña pasar del Jardín a la Primaria?
Pasar del Jardín a la Primaria, sin dudas significa muchos cambios, como, por ejemplo: ir a un nuevo edificio (en casos donde se cambia de institución), algunos compañeros nuevos si no vienen juntos desde el Jardín, otro uniforme, horarios, consignas más estrictas, reglas a cumplir y mucho más por aprender.
Se trata de pasar de pautas o reglas más flexibles a otras más estructuradas. Hay cambios de rutinas dentro del colegio, mayor distancia de los adultos durante la jornada escolar, el trabajo en el aula, con su propio escritorio, ocupa mayor tiempo que antes, disminuye el tiempo de juegos físicos, aumentan los juegos reglados. Es una instancia en la que el niño se da cuenta de cómo las personas somos diferentes hacia el reconocimiento, con capacidades y limitaciones propias. Se afianza su autoestima y valoración personal y va quedando más en evidencia que los padres tenemos menos protagonismo y los chicos van armando un mundo propio en el que ellos van a ser PROTAGONISTAS.
¿Cómo lograr una transición exitosa del Jardín a la Primaria?
CAMBIO GRADUAL
Al ser una etapa de cambio y transición, lo importante es que sea un proceso que se dé en forma gradual, por ello, en Jardín Crisol y en los Colegios Crisol y Bosque del Plata, atendemos con especial esmero este proceso y planificamos tanto visitas a las salas de 5 de quienes serán los docentes durante el siguiente ciclo lectivo como visitas de los alumnos y alumnas de Jardín a los cursos de 1er grado. Esto permite a los/as niños/as descubrir sus nuevos colegios, sus futuras aulas, ir anticipando cómo se distribuirán las mesas, qué tipo de actividades realizarán y con qué materiales.
En los colegios de Apdes La Plata tenemos en cuenta todos estos cambios e intercambios entre ambas instituciones para brindar seguridad y un ambiente libre de amenazas para el nuevo ciclo que comienza.
¿Cómo acompañamos el gran salto desde casa?
Sabemos que de cómo presentemos esta oportunidad de crecer, de encarar este cambio, lo atractivo de la novedad, de nuevos espacios, personas y actividades, dependerá la forma en que ingrese el niño: si los padres están inseguros, si les cuesta a ellos ver a su hijo crecer, es probable que al niño también le cueste, mientras que, si nos mostramos entusiasmados y les habilitamos sus sentimientos desde la comprensión y la compañía, esta transición será una oportunidad de avance.
Si los padres estamos tranquilos y confiados, la transición del Jardín a la Primaria será más fácil para nuestros hijos: es importante que ellos puedan sentir y saber que pueden contar con nosotros, con nuestra confianza y que podemos hablar de lo que ocurre en el colegio y buscar soluciones si es que existe un problema, ya que siempre estaremos a su lado.
Todas las personas se enfrentan a diferentes transiciones a lo largo de su vida.
Ante cada cambio se suscitan nuevos desafíos en los que se ponen en juego diferentes variables.
Cuando estos desafíos se presentan en condiciones adecuadas a las posibilidades
personales, se sale enriquecido con un nuevo conjunto de aprendizajes (Woodhead y Moss, 2007)
Los miedos más frecuentes que los chicos pueden manifestar son a quedarse solos, a separarse de la familia, a conocer un nuevo lugar, un nuevo docente. Estos miedos se expresan en la dificultad para afrontar este nuevo desafío, experimentando en algunos casos cierta vergüenza, inferioridad, sentimientos de soledad, mezclados con agresividad y frustración. Pueden estar muy pendientes de qué piensan los otros (compañeros, maestros, padres, hermanos) de su comportamiento.
Lo nuevo siempre implica una adaptación, aunque no necesariamente traumática, ya sea porque el contexto acompaña adecuadamente o porque el temperamento del niño facilita el vivir lo nuevo como desafío más que como amenaza.
Para quienes se sienten amenazados o con mucho malestar es fundamental el rol de los adultos, tanto de los padres como de los docentes trabajando de una manera articulada que facilite y acompañe al niño en esta nueva etapa de su vida.
Tengamos en cuenta que, además del miedo, pueden aparecen muchas emociones mezcladas entre el entusiasmo, la incertidumbre, la tolerancia a la frustración, enfrentar nuevos riesgos, y estarán los que son más tímidos y los más impulsivos. Toda emoción es posible, no es ni buena ni mala, y lo conveniente es que NO NEGUEMOS SUS EMOCIONES, las habilitamos, les mostramos comprensión y respeto y, al mismo tiempo, las canalizaremos de la manera más adecuada.
LOS MOMENTOS PREVIOS
Para finalizar, es clave tener en cuenta durante el último tiempo del verano el ir acomodando los horarios, que se acuesten más temprano y se levanten más temprano; empezar a entrenar en la adquisición de hábitos como un juego: preparar la ropa el día anterior, jugar a armar la mochila. Muchas veces sirve la dramatización de cómo será ese primer día, qué vamos a hacer, dónde vamos a estar, que sepan a qué hora los vamos a buscar, de manera que cuando llegue el gran día, van a ir con un “hándicap” porque tener información es la base de su seguridad y, seguramente, estemos colaborando para hacer de ese día, un DÍA INOLVIDABLE.
Lic. Cecilia Palavecino, Terapeuta Familiar