¡Sí, quiero! Nos casamos en cuarentena…
Crónicas de un proyecto de familia adaptándose al COVID-19:
“Se cierran puertas, pero se abren ventanas”.
Les compartimos algunos testimonios de ex alumnos del Colegio Portezuelo, Los Olivos y Jardín Platero que a pesar de la cuarentena decidieron dar el sí y recibir el Sacramento del Matrimonio.
Casamiento Guada Esquembre (Colegio Portezuelo) y Gonzalo Reina (Colegio Los Olivos)
Decidimos casarnos 2 semanas antes de que empezará la cuarentena en Argentina, veíamos el bicho del Covid muy lejano, nunca nos imaginamos todo lo que iba a pasar. Sin saberlo pusimos fecha el día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre. Empezada la cuarentena nos comunicamos con el padre Adolfo Qüerio, le manifestamos nuestras ganas de casarnos pase lo que pase. Él, automáticamente dijo que si y nos acompañó durante el año.
Pasamos casi 2 meses sin vernos, solo video llamadas… Atravesamos momentos de mucha incertidumbre, sin saber cómo se iba desarrollar la cuarentena, pero algo estaba claro, el 12 de diciembre nos casábamos como sea. Y así fue que empezamos a prepararnos, comenzamos el cursillo prematrimonial online, toda una experiencia nueva. No conocíamos personalmente a los que nos preparaban, pero realmente nos encantó y lo sentimos todo muy cercano. Nuestra prioridad siempre fue el Sacramento del Matrimonio, lo demás venía por añadidura.
Finalmente llegó el 12 de diciembre. Nos casamos con ciertas restricciones, acompañados por la gente que queremos, algunos pudieron festejar con nosotros y otros nos acompañaron virtualmente y con la oración. No fue como lo habíamos imaginado, sino que fue mucho mejor. Fue un regalo de Dios.
Casamiento Fiorella Bagatello y Javier Yanzón (Colegio Los Olivos)
Casarnos en pandemia fue uno de esos acontecimientos que ni en nuestros sueños más locos nos lo hubiéramos imaginado así.
Hemos pasado por muchos estados emocionales, desde negación, desilusión, aceptación, tristezas y alegrías. Ha sido un camino de mucho diálogo y aprendizaje, pero por sobre todo de maduración como pareja.
En el camino tuvimos muchas dificultades hasta casarnos: el hecho de no poder celebrar con toda la familia y amigos, la fiesta, la luna de miel, hasta el vestido.
Fuimos valorando aún más la importancia de dar el sí ante Dios y lo ofrecimos por nuestra futura familia.
Le damos gracias al Señor y a nuestra Madre por ayudarnos a confiar y por este gran regalo de comenzar a vivir plenamente nuestra vocación matrimonial.
Casamiento María de los Ángeles Soria (Colegio Portezuelo) y Matías M. Funes Massa
“Desde fines del 2019, dispusimos casarnos el día 03/05/2020 (fecha que figura actualmente en nuestras alianzas). A febrero teníamos todo listo y quedaba ultimar detalles de la cena y el casamiento por civil. Se decreta la cuarentena en marzo y desde ese día hasta la fecha del casamiento apenas si nos vimos en dos ocasiones. Antes de llegar a la fecha posponemos todo para principios de septiembre. Nos enteramos en abril de unos amigos, Santiago Perrone y Paz Aliaga que se casan por iglesia en una ceremonia totalmente reservada a ellos y a sus testigos, inspirados por otros que hicieron lo mismo, entre ellos Bruno Schmir, a quien aún debemos agradecerles personalmente: a éste su ejemplo y a aquéllos, su consejo.
Pasados unos pocos días de nuestra primera fecha, la ausencia del otro se hace sentir y decidimos buscar un modo de hacer lo mismo que ellos. Podemos decir que María sale a nuestro auxilio, cuando nos comunicamos con un sacerdote amigo que nos brinda la posibilidad de armar nuestro expediente y casarnos a la semana siguiente, precisamente el día 24/05 (día de María Auxiliadora). Desde ese día hasta hoy, nos seguimos convenciendo de que es la mejor decisión que podríamos haber tomado.”
Casamiento Bruno Schmir (Colegio Los Olivos) – Carolina Mercado Muros
Veníamos planificando el casamiento desde hacía un año. Un mes antes de nuestra fecha empezó la cuarentena. Pensábamos que era cosa de un mes o dos, pero por cómo estaba el mundo, era muy improbable. Con esta situación aprendimos a dialogar teniendo ideas distintas de si casarnos en cuarentena o esperar a poder hacer la fiesta.
Finalmente, dos días antes de nuestra fecha original, y con la ayuda del consejo de esos buenos amigos, dejamos el miedo y decidimos ir a la Iglesia y casarnos. No teníamos ningún papel como las actas de bautismo o el certificado del cursillo que se había perdido, pero afortunadamente, en un día pudimos conseguir todo.
Entramos a una Iglesia vacía, que llevaba más de un mes sin ser visitada, apenas unos bancos para nosotros dos, el Santísimo, el gran padre Willy y nuestra familia. Quedó atrás el gran festejo, el vestido, las luces y la música, entendimos que Dios quiso que esta vez sin música ni las luces de la fiesta solo se luzca el brillo de lo que es realmente importante.
Casamiento María Eugenia Bistué (Colegio Portezuelo) y Manlio Simoncini
Después de 3 años y varios meses de noviazgo, en mayo de 2019 decidimos casarnos. Nuestra fecha estimativa era agosto de 2020, y nos casaríamos en Mendoza. Para ese entonces yo habría terminado mi residencia en BA (fines de mayo de 2020), tendría un tiempo en MZA para organizar los últimos detalles del mismo y al casarnos nos iríamos a vivir a San Luis, donde Manlio estaba trabajando.
Arranca el 2020 con la siguiente noticia: por recorte de personal, Manlio pierde el trabajo. ¿Qué hacemos? ¿Postergamos? ¿Dónde arrancamos la búsqueda? Ambos teníamos el desafío de reiniciar nuestra vida profesional. Decidimos sostener el proyecto de familia, total, “¡algo va a salir!” Además, “faltan muchos meses, ¿qué podría pasar?”. Apostamos por una nueva sede para nuestra familia en esta Mendoza querida.
El 16 de marzo, luego de unas semanas de vacaciones y organización del casamiento en Mendoza, me vuelvo a BA. Cuenta regresiva para mi cierre de residencia y vuelta a casa. Sin embargo, arrancan las medidas de aislamiento preventivo en el país, y con ello la incertidumbre y angustia consecuente. ¿Podré visitar Mendoza en estos meses para visitar a mis seres queridos, y continuar las organizaciones y reuniones con los diferentes “proveedores”? Viajes suspendidos y fronteras cerradas. Nadie sabe cuándo acabará o se normalizará esto…
De pronto, en abril, a un mes de volverme, el sistema de salud advierte que no puede arriesgarse a hacer cambio de personal en medio de una crisis sanitaria, por lo que resuelve: se prorrogan las finalizaciones de residencia hasta el 30 de septiembre. Este evento planificado para el 15 de agosto termina de caer y empezamos a preguntarnos:
¿Qué esperamos compartir en el “evento” del casamiento que venimos planificando? ¿Qué es para nosotros esencial en las “ceremonias” de matrimonio y qué podemos prescindir? Así comenzaron a aparecer las cuestiones más esenciales para nosotros: el deseo de estar juntos, compartir la vida y formar una familia le ganó a todo. Decidimos casarnos de todas maneras “cuando pueda volver” y “como se pueda en el momento”.
Logré volver a finales de septiembre (y es que mudarse en tiempos de COVID también fue un desafío), hice cuarentena en hotel y al salir empezó lo artesanal de casarse en esta época: adaptamos cada ceremonia alrededor del casamiento a “lo que se puede”, pero también, a lo que para nosotros y los nuestros, tenía un significado. Aprendimos todos a compartir y acompañar diferente la alegría de este sacramento y vocación.
Casamiento María Paz Aliaga (Colegio Portezuelo) y Santiago Perrone
Casarnos en cuarenta fue una experiencia única e imborrable. Al principio nos costó entender el por qué nos tocó vivirlo de esta manera. Haber planificado todo con tanto tiempo, y dos semanas antes nos cerraron y cancelaron todo. Finalmente pudimos concretar el casamiento en mayo, en el más absoluto secreto, pero con la ayuda de Dios, nos dimos cuenta que haber recibido el Sacramento del Matrimonio de esta manera tuvo su encanto especial: la simpleza, alegría y emoción con que lo recibimos nos dio la gracia de vivirlo cara a cara con el Sacerdote y sólo nuestros padres y hermanos. Sabemos que la experiencia de vivirlo de esta manera diferente quedará grabada para siempre en nuestros corazones, bajo la humildad, la fe y la creencia de saber que tomamos la decisión correcta.
Fue muy lindo que meses después pudimos festejarlo con nuestros familiares y amigos.
Casamiento Pilar Bresca y Nacho Bistué. (Colegio Los Olivos)
En 2020 empezamos con toda la organización para nuestro casamiento, definir lugar, iglesia, decoración, música y hasta cotillón. ¡Tanto para empezar a armar!
En marzo la vida nos sorprendió un poco con el inicio de la pandemia, pasamos dos meses separados siendo creativos en cómo seguir viviendo juntos todo lo que nos esperaba este año: video llamadas, rezar juntos, leer un libro de preparación al matrimonio y conversarlo en las llamadas, rosario compartido a la misma hora y regalitos sorpresas por pedidos ya.
Iniciando el mes de octubre nos confirman del lugar de eventos que no era posible realizar nuestro festejo para fin de año, iglesias solo para 10 personas y juntadas familiares no permitidas por lo que comenzamos a preguntarnos ¿Qué hacemos? ¿Qué quiere Dios con esto? Gracias a una charla profunda en una salida a la montaña vimos que casarnos igual era la mejor opción, pusimos como prioritario nuestro proyecto en común y las ganas de empezar juntos nuestro matrimonio. Sin modificar nuestra fecha elegida dimos el paso y avanzamos: hicimos cursillo prematrimonial, cambiamos la Iglesia, leímos juntos libros del matrimonio y preparamos nuestro nuevo hogar.
Llegó el gran día de nuestro casamiento y las cosas salieron mejor de lo que esperábamos: pudo viajar un tío de Nacho, sacerdote, que nos acompañó en la ceremonia, la misa y homilía tan personal dada por el Padre Mauricio, primos y amigos que viajaron de afuera, y nuestros familiares presentes.
Luego de la misa pudimos celebrar un festejo tanto con familia como amigos, todo el tiempo nos sorprendíamos del cariño de la gente y la alegría de ser parte de nuestro casamiento, shows en vivo, talentos de la familia y sorpresas de nuestros amigos.
Estamos tan felices de haber dado nuestro sí que podemos decirles: ¡Vale la pena dejarse sorprender por Dios!
Casamiento Sofía Koller (Colegio Portezuelo) y Lucas De Gaetano
Nos casábamos el 21 de marzo, y un día antes, el 20 de marzo, se anunció la cuarentena obligatoria. ¡No podíamos creerlo! Esa semana ya se venía cerrando todo y lo veíamos venir, y para nosotros no era una opción posponerlo, queríamos empezar nuestra vida juntos cuanto antes. Llamamos al sacerdote para ver qué podíamos hacer bajo esas circunstancias y nos dijo vénganse mañana ustedes, sus padres y los testigos, nadie más.
Así fue como nos terminamos casando el 18 de marzo, en la ceremonia más íntima y linda que podríamos haber imaginado.
Casamiento Mili Echegaray (Colegio Portezuelo) y Francisco José Diez
Si hablamos de casamientos improvisados creo que el nuestro está dentro de los mejores con seguridad. Y cuando digo “improvisados” me refiero a que no se hizo nada de lo que planeaste durante todos los meses previos. NADA.
La historia empieza un 14 de marzo del año 2020, 2 semanas antes de la fecha que hubiese sido nuestro casamiento “planeado” (28 de marzo), volviendo de la provincia de San Juan en la cual habíamos festejado el casamiento de una amiga. Nadie se imaginó que iba a ser el último hasta muchos meses después… Veníamos escuchando de los casos de Covid-19 en otros países, pero ese fin de semana se empezó a escuchar de medidas en Argentina. A tal punto que, entre el lunes y martes de esa semana, se suspendieron recitales, cerraron colegios, pidieron aislamiento voluntario, y demás. Por supuesto que también se suspendieron los festejos de casamientos hasta nuevo aviso. Entendimos que la fiesta quedaba suspendida, por lo que tomamos la decisión de celebrar el Sacramento del Matrimonio de todas formas.
Viendo que la Pandemia avanzaba bastante más rápido de lo esperado, decidimos adelantar el “sí, quiero” al sábado 21 de marzo, pero Dios tenía otros planes. El miércoles de esa semana se comenzó a rumorear de la cuarentena obligatoria a partir del viernes 20. Consultamos rápidamente en la Iglesia, si podíamos adelantar el casamiento al jueves 19 y, gracias a Dios, habíamos presentado toda la documentación con anterioridad por lo que el sacerdote aceptó celebrar el matrimonio. Después de varias idas y vueltas, el jueves 19 de marzo, a las 16 hrs, decidimos casarnos. Fecha del casamiento: 19 de marzo a las 20hs. Si, ese mismo día. Con vestido, peluquería, traje, todo improvisado. Lo que nos costaba del casamiento “improvisado” era que solo dejaban entrar a la celebración a los novios y sus padrinos. No iban a estar nuestros hermanos, ni familiares, ni amigos. Era uno de los momentos más importantes y queríamos compartirlo. No bastó que se lo contara a mi mamá para que empezara a crear un zoom y compartir el enlace. Ahora decimos “zoom” y sabemos perfectamente qué es, pero en ese momento acababa de empezar. Todos tuvieron que aprender a descargar la app y se conectaron. Nos emocionamos mucho cuando terminó la ceremonia y vimos toda la gente que nos había acompañado, nos alentaban y decían cosas lindas. Inolvidable.
Desde el primer día que empecé con los preparativos del casamiento recé para que sea como Dios quiera y cuando Dios quiera. Nunca me imaginé que iba a traer una pandemia de por medio. No tengo palabras que alcancen para agradecerle, fue un casamiento único y no lo cambiaría. Les aseguro que estoy escribiendo esto riéndome de las anécdotas y con los ojos llenos de lágrimas de orgullo, porque mañana es mi aniversario.
Julia Populin (Colegio Portezuelo) y Santiago carcavallo (Colegio Los Olivos)
Un 14 de febrero para siempre
Somos Santi y Juli, ambos ex alumnos de Apdes Mendoza. Fuimos novios durante 9 años, a los 7 años nos comprometimos. Pusimos fecha para casarnos un 10 de octubre del 2020. Empezamos ese año con una ilusión que nos desbordaba el alma, hasta que llegó la eterna pandemia. Nunca imaginamos cómo se iban a ir dando las cosas, pero Dios nunca nos soltó la mano. Fueron pasando los meses, y en junio finalmente con los ojos vidriados decidimos postergar ese día que tanto esperamos y pusimos fecha límite para casarnos en febrero/marzo del 2021.
Nuestra decisión siempre estuvo de la mano de Dios y de la Virgen. Queríamos que ese día que tanto esperamos sea un recuerdo alegre y único, y para nosotros esa era la manera! Esperamos tanto tiempo (para todo) que los dos creímos que valía la pena sacrificarnos y esperar un poco más. Lo bueno se hace esperar nos repetíamos constantemente.
Entre tantas razones para postergar nuestro casamiento y la más importante era que queríamos que esté nuestra familia (Santi es de Buenos Aires, no iban a poder estar en Octubre) y obviamente amigos.
Siempre supimos que era una prueba más de amor, aunque claro no fue fácil el camino.
Un noviazgo largo, y la espera aún más. Pero sabíamos que esa espera valía la pena, para que cuando llegara ese día fuera todo especial y alegre, todo por primera vez. Y así fue.
De una manera inexplicable, las cosas se nos fueron dando y acomodando, pusimos fecha final para el 14 de febrero 2021.
Llegó ese día y no cualquiera, y lo celebramos como correspondía, más enamorados que nunca. Seguíamos y seguimos en pandemia, pero logramos que en esa fecha límite que habíamos puesto esté toda nuestra familia y amigos acompañándonos. Con barbijo y protocolo, fue único. Grabado en nosotros para siempre. Festejamos con familia y amigos.
La celebración del sacramento fue tan esperada, que claramente desbordaron las lágrimas.
Ese 14 de febrero no estaba en nuestros planes, pero si en los de Dios. ¡Y así fue… perfecto! Ahí entendimos que lo mejor en la vida es dejar sorprenderse por Él y confiar, dejar todo en sus manos.
Pasan los días, los meses y aún no podemos creer el inmenso regalo que recibimos. Desde el día cero que comenzó la pandemia, pedimos a la Virgen el milagro de nuestra boda, como intercedió en las de Caná. Y así fue. La recompensa fue grande, alegre y conmovedora.
¡Todo para agradecer!
Nos llena de felicidad ver el valor del compromiso y el esfuerzo en seguir ese camino que realmente quieren a pesar de la pandemia.
Los felicitamos y deseamos que todo ese amor los acompañe siempre y crezca cada día más.
“EL QUE DE VERDAD QUIERE ALGO, SE ESFUERZA POR CONSEGUIRLO”.
Padre Mauricio Balleteros