El juego, una oportunidad
Les dejamos los puntos más importantes de la conversación y reflexión sobre el juego que compartimos con Manu Caminal y Cintia Romero.
Hola Manu, buenas tardes, primero que nada, ¿Cómo surgió este tema para compartir con nuestras familias?
Hola a todos! El tema del juego es un tema que en primer lugar me interpela como mamá, es un desafío sobre el que cada tanto tengo que volver a repensar, y luego como profesional, conociendo y sabiendo todos sus beneficios y el poco tiempo que hoy nuestros niños están teniendo para el juego. Sin decir nada nuevo, pienso que es importante volver a recordar que la infancia es una sola y que una infancia bien vivida ayuda a llegar a ser mejores adultos.
¿Qué importancia tiene el juego en la infancia?
El jugar es una actitud vital. Se encuentra dentro de las necesidades básicas de cualquier niño. La vida infantil no se puede pensar sin juegos. es su principal actividad. Responde a la necesidad de tocar, expresar, sonar, explicar, etc. es un impulso que los ayuda a conocer el mundo. es algo que viene desde dentro tan importante para el crecimiento social, afectivo, motriz . Es clave para un sano proceso de aprendizaje, un niño que no juega no puede conocer el mundo, no puede crecer en plenitud.
A través del juego podemos conocer y conectar un poco más con nuestros hijos. quien juega con sus hijos genera lazos y conexiones neuronales que hacen al vínculo y la confianza.
El juego proporciona asombro, la base para el aprendizaje, es una manera única de expresar y poner en marcha lo que sienten, lo que les pasa, es una manera de elaborar eso que vivimos y sentimos. Es hacer activo lo que se vive de un modo pasivo, las experiencias positivas como negativas se expresan a través del juego, por lo tanto nos ayuda a elaborar experiencias.
Ya Aristóteles y Platón hablaban de su importancia, incentivando a los padres a que jueguen con sus hijos, como una manera de prepararlos para los futuros trabajos y elecciones profesionales. Juego y aprendizaje han ido siempre de la mano, no es algo nuevo. La diferencia es que hoy la neurociencia nos abre luces sobre estos temas que antes eran intuiciones y eso es muy bueno.
En terapia una manera de evaluar a un niño es a través del juego. como juega , a que juega, como se expresa a través del juego. Ayuda en todos los ámbitos del niño. Les da un enorme placer poder jugar y compartir con otros transformándose en una manera de aprender a vincularse y socializar.
Pero no todos los niños juegan a lo mismo, o tienen mismos intereses en los juegos…
Tenemos que tener siempre en cuenta la personalidad y carácter de cada niño. Como vemos existen niños más introvertidos que les gustan juegos más tranquilos, que no impliquen asumir demasiados riesgos o contacto físico, niños que necesitan mayor movimiento, descarga, contacto físico, riesgos. Niños que les gusta más el juego de roles, pintar, manualidades, otros eligen juegos más tranquilos, o una combinaciones entre varios. Esto varía según cada niño y conocer y respetar su manera de jugar es muy bueno.
En este punto es importante señalar que observar si hay cambios muy bruscos en la manera de jugar, nos puede ayudar a identificar si está atravesando un mal momento o simplemente es su manera de expresarse.
Mediante el juego podemos conocer mejor a nuestros hijos. Que posiciones suelen tomar, si es de los que les gusta liderar, los que suele tomar una actitud más dócil o pasiva, los que son conciliadores, los que tienen una actitud más colaborativa etc. Esto no es ni bueno ni malo, sino que nos dan información para poder acompañarlos y guiarlos mejor. Y en algún caso será para estar más atentos si vemos que algún juego, o los juegos que eligen no son tan buenos para él. Pero ante todo ver el juego como una manera más de conocer y acompañar a nuestros hijos.
¿Cuáles son los beneficios que brinda el juego?
Son muchos y distintos, pero los más importantes son:
- Se divierten,
- Aprenden a ponerse en el lugar del otro, a través de la propia realidad que se impone,
- Aprenden a gestionar la frustración cuando las cosas no salen como esperan, como puede ser cuando ese nene no quiere jugar conmigo, ese juguete que no me prestan, ese juego que no me gusta, perder, ganar, ceder, esperar el turno.
- Jugar también implica desafíos, superarse, mejorar. Van incorporando todo un aprendizaje que los van ayudando a un desarrollo sano y equilibrado en todos sus niveles, físico, social, psíquico. Hoy en día hay médicos que recetan mayor horas de juegos libre y espontáneo para niños con síntomas de depresión, hiperactividad y ansiedad, desatención y dificultades en los vínculos.
- Los niños aprenden jugando. Es espontáneo, su mente está abierta, les permite crear y equivocarse, no hay nada determinado porque van aceptando el feedback permanente del otro.
- Amplifica las emociones, sin emoción no hay aprendizaje.
Todos estos aspectos ayudan en el sano desarrollo del niño, a estructurar el cerebro y que tenga un mejor desarrollo.
Nuestros hijos aprenden a través de los 5 sentidos a conectar, prestar atención. La carencia de la estimulación sensorial es una dificultad para aprender pero la sobreestimulación también según lo confirmar cada vez más estudios.
¿Qué necesitan nuestros niños para jugar?
Es bueno recordar que no suelen ser muchas cosas.
- Sobre todo TIEMPO: Hoy más que nunca nuestros hijos están necesitando más tiempo para jugar. Los niños juegan a aquello que necesitan y su cuerpo los invita. Hoy con tantas actividades y programas, sin querer los estamos privando de una necesidad básica, jugar, simplemente jugar.
- ESPACIO: Acondicionados para juegos, para poder jugar libre y seguros. que el juego sea lento, que puedan explayarse. El espacio de sus casas, de sus cuartos, salir al aire libre.
- COMPAÑEROS: Compañeros para elevar el juego, dar ideas nuevas.
- ACORDE A LA EDAD
- NUESTRA ACTITUD COMO PADRES: Es importante ayudarlos cuando nos los piden, pero no necesitan animadores sino adultos que puedan enriquecer su juego en algunas ocasiones. Ver sus intereses, a veces el simple hecho de acompañarlos con nuestra mirada les es suficiente y otras veces tendremos que involucrarnos más.
Hoy como padres, teniendo en cuenta nuestro modo de vida, exigente, ambos padres trabajamos, ¿cómo podemos acompañar mejor a nuestros hijos para que el juego también tenga un espacio en sus rutinas?
Los desafíos son una realidad, siempre existieron, pero hoy manejamos tanta información y bombardeo que a veces podemos perder más fácil el foco. Por eso es bueno cada tanto poner en perspectiva nuestra realidad para poner los medios necesarios para no aplastar el juego de nuestros hijos. Los niños todo el tiempo están entrelazando el juego en su vida diaria, mientras esperan pueden ponerse a contar baldosas o a jugar que sus dedos son naves espaciales. El juego implica en cierto modo un esfuerzo y ponerse en movimiento si les ofrecemos permanentemente como alternativa al aburrimiento la televisión, la tablet, los jueguitos sin querer vamos apagando y silenciando ese juego tan necesario para crecer. Es importante que podamos ver cómo venimos acompañando a nuestros hijos en el juego.
El contexto también cuenta, muchas veces nos encontramos con días completos con miles de programas, para que no se aburra, para que socialice, para que se integre, para que se divierta, para sumar experiencias y nos vamos olvidando de lo más importante, que este tiempo en casa, pueda ser tiempo para aburrirse, sin actividades pautadas, dentro de un orden, pero un orden apelando a sus necesidades y no a nuestras expectativas. Como madre, nos encontramos con mi marido, que por varios meses notamos que todos los fines de semana nos la pasábamos llevando y trayendo a las más diversas actividades, deportivas, que por supuesto apoyamos, invitaciones, programas con amigos, etc, y nos dimos cuenta que no parábamos y que había algo que no estaba del todo bien. Implicó frenar, pensar y recalcular. Volvimos a marcar prioridades. tiempo en familia, tiempo de estar en casa y jugar en casa con los hermanos, con lo que tenemos, y no tener que siempre estar buscando en otros lados lo que ya está dado, tomando con más calma todas las ofertas de programas y actividades que surgen haciendo una mejor elección.
Habrá veces que tendremos que repensar en función de nuestras prioridades y lo que consideramos mejor para nuestros hijos, reordenar agendas y pensar mejor lo que estamos haciendo o queremos hacer, sino la rapidez nos lleva puesto y ahi es donde después surgen muchos problemas.
¿Por qué antes los niños jugaban más que los chicos de hoy?
La respuesta va un poco en continuación con la anterior, no sé si jugaban más, pero si creo que tenían más oportunidades de juego. Se suman varios puntos, en primer lugar el contexto en el cual mencionamos antes, un mundo apurado y exigente no deja mucho espacio para jugar, a veces priorizamos el activismo y la productividad por sobre el proceso y verdadero aprendizaje, nos pasa a todos, adultos y niños. Y por otro lado creo que antes, nuestros padres no se enteraban si estábamos aburridos, porque sabíamos que si se lo hacíamos saber la responsabilidad era toda nuestra y hoy como padres ante el “me aburro” de nuestros hijos sentimos que la responsabilidad de darle diversión, entretenimiento es nuestra.
Somos una generación de padres un tanto ansiosos y culpables y esto genera agobio, en vez de dejarlos a ellos, nuestros hijos que se hagan cargo de su aburrimiento. La creatividad suele surgir, entre el estado de aburrimiento y ansiedad. Si nosotros privamos a nuestros hijos de esa posibilidad con el tiempo tendremos jóvenes menos creativos y más ansiosos. Para esto es necesario que como padres brindemos espacios, para que el juego se brinde de un modo más natural, pausado y sin corridas. Que gran oportunidad son las vacaciones y fin de semanas,
¿Qué características debería tener un juguete?
Vamos a mencionar algunas:
- Acorde a la edad y a sus necesidades cuidando de no quemar etapas
- Cuanto más hace el juguete, menos se activa el cerebro.
- Todos los juguetes ayudan a divertir y es ahí donde aparece el aprendizaje.
- Juguetes que impliquen a otro.
- Que tengan que poner en acción su interés, asombro y que no sea el juguete quién guíe el aprendizaje.
- Variados en su justa medida, tener un buen repertorio lúdico.
- Seguros.
- Que ayuden a recrear el mundo.
- Que abran camino. que despiertan ganas de…
- Que nos permitan movernos.
Al principio serán más de acciones, luego es más de simbolización, roles, se hace más rico y complejo, con reglas, implicando mayores habilidades sociales.
Es importante tener juegos que se puedan compartir en familia. Las tecnologías hoy ocupan un lugar importante de nuestro tiempo de familia, que si no las ordenamos y las ponemos a nuestro servicio, puede robar muchas horas de juego que ayudan a un mejor desarrollo.
Si tenemos que pensar en el próximo cumpleaños o fiestas, ¿qué tipo de juguete va en sintonía con la importancia del juego en la infancia?
Podemos pensar en distintos tipos de juguetes:
- Juguetes que permitan equilibrar e integrar reflejos primarios. colchonetas, arrastrables, un tren, juegos de lanzar, patines o patinetas, bicicletas, raquetas, pelotas, cochecitos que pueda trasladar el niño, legos, estuche con lápices de colores, plastilinas, animales de la granja, cuentos que parecen diferentes situaciones e imágenes, instrumentos musicales .
- Juguetes que ayudan a la resolución de problemas: rompecabezas, construcción, bloques. juegos de cartas, linternas.largavistas
- Juegos que permiten el desarrollo social: cocinita, tienda, disfraces, muñecos,
En definitiva juguetes sencillos donde el niño tenga que poner de su parte. Empezar desde pequeños a jugar con ellos, valorizar su juegos será muy importante, hacernos espacios para jugar con ellos, para compartir.
¿Cómo los podemos ayudar en sus juegos?
Respetando la intimidad de nuestros hijos
Un autor decía, “no podemos entrar bruscamente en la vida del niño, en sus pensamientos , juegos, en sus sueños en su realidad, y salir con el mismo apresuramiento con que hemos entrado.”
Y si nos esta faltando tiempo preguntarnos ¿por qué no estoy teniendo ese tiempo?. Muchas veces vemos que cuando le dedicamos tiempo a un hijo disminuyen los problemas.
¿Cuándo ocurre que el juego deja de ser juego?
Cuando el resultado, el ganar, está por encima del propio juego, en ese caso el juego desaparece.
Cuando los valores que están transmitiendo al jugar van en contra de lo que queremos educar. Cuando alguien está haciendo sentir mal a otro dentro del juego, deja de ser juego.
Para cerrar ¿por qué como adultos dejamos de jugar?
En primer lugar las responsabilidades y la propia realidad a medida que vamos creciendo nos van mostrando que la vida no es un juego pero no por eso debemos perder de vista que el juego puede darle un sabor especial a la vida, y que como adultos debemos seguir fomentando el juego como un aliado en muchos aspectos. A través del juego nuestro cerebro se activa de un modo diferentes, lo ayuda a disminuir el estrés, aumenta la creatividad, nos ayuda a ser más flexibles y por lo tanto a tener mayor empatía con otros, y sobre todo porque a través del juego generamos vínculos muy poderosos con nuestros hijos.
Aprovechemos para jugar un poco más con nuestros pequeños y vamos a ver que bien le hace a nuestros hijos y a nosotros mismos.