La familia: el mejor lugar para las vacaciones
Compartimos este artículo de la Lic. Manuela Caminal sobre cómo fortalecer las virtudes en este tiempo de vacaciones en familia.
Las vacaciones un momento de magia
Queremos compartirles algunas ideas sobre lo trabajado, conversado, compartido durante este año, para que, en las vacaciones, podamos frenar un poco y reflexionar también junto con nuestros hijos sobre aquellos valores, virtudes que queremos seguir forjando en nosotros y transmitir a nuestros hijos.
Las vacaciones suelen ser una gran oportunidad para seguir creciendo y aprendiendo desde un lugar más sereno y sin tantas corridas.
Sabemos que cada realidad es única, y desde esa realidad que contamos junto con nuestra familia es desde dónde podemos trabajar, aprender y disfrutar.
Algunas ideas que pueden ayudar
Una de las primeras ideas tiene que ver con la de fortalecer vínculos promoviendo en nosotros y en nuestros hijos la GENEROSIDAD.
La felicidad está más en el darse que el recibir. Por eso, siempre es bueno pensar siempre si nuestras acciones o pensamientos están más centrados en que las cosas salgan a nuestro gusto o estamos pensando en el “bien de todos”.
Como padres, no vamos a estar las 24 horas seguidas con nuestros hijos, pero tendremos que organizarnos para que en ese tiempo que compartimos juntos, podamos estar 100% presentes Es decir, en lo posible nada de celulares, trabajo, ni distracciones. Ser generosos con nuestro tiempo es muy importante. Estar atentos a las oportunidades diarias que se dan de compartir un tiempo juntos, un viaje en auto, cuando son más chiquitos una rutina más tranquila de baño, un cuento juntos, una peli en familia, un almuerzo preparado entre toda la familia. En las situaciones más cotidianas suelen estar los momentos más simples y lindos.
En vacaciones todos tendremos que dar un poco más de tiempo, de ganas y de cariño.
Para que nuestros hijos aprendan a ser generosos, partimos de detalles pequeños y a medida que van creciendo vamos creciendo también en generosidad. En este tiempo puede ser ayudar más en casa, poner la mesa, hacer turnos para sacar la basura, cuidar un hermano etc. Para que esto pase, mamá y papá tenemos que acompañar y ayudar, siendo pacientes y activos.
Otra virtud que podemos promover en estas vacaciones es la FLEXIBILIDAD.
Nos puede ayudar en este tiempo de descanso ser un poco más flexibles, sin por esto perder las rutinas, y el bien de todos.
La flexibilidad es indispensable para lograr una buena convivencia y desarrollar nuestra capacidad de adaptación ante situaciones espontáneas nos puede ayudar el ser más flexibles, escuchando mejor a los que viven en casa sin sacar conclusiones apresuradas.
También pueden ser una gran oportunidad para conocer mejor al otro, aprendiendo sus limitaciones, vulnerabilidades y fortalezas.
Logrando descubrir estos aspectos es como conseguiremos unas mejores vacaciones para nosotros y quienes nos rodean.
Otra gran virtud que nos toca más que nada a nosotros en este tiempo, es la virtud de la PACIENCIA.
Lo bueno siempre se hace esperar. Muchas veces entendemos mal esta virtud. Pacientes no es no reaccionar frente a los malos comportamientos de nuestros hijos, sino que buscaremos tener cuidado en no caer fácilmente en la impaciencia o insensibilidad.
La paciencia viene de la palabra en latín PACIS que significa padecer, sufrir, por lo tanto para practicar esta virtud no podemos saltearnos el malestar o la incomodidad que genera. En parte podemos decir que es aprender a sufrir.
Santo Tomas ya decía que la paciencia es el sufrimiento por algo que se impone en nuestro camino. Y en vacaciones esto puede ocurrir muy seguido. ¿Qué solución podemos encontrar?. Primero, ser más realistas con nuestras expectativas y realidad que nos toca.
Si queremos descansar y tenemos varios niños en casa que requieren de nuestro cuidado poder organizarnos es indispensable. Tener un orden y una rutina (principalmente para los niños) junto con una jerarquía en los bienes, nos permitirá pensar que quizás en este momento no pueda descansar porque me van a interrumpir, pero si podré hacerlo cuando se acuesten a dormir la siesta. Ser realistas nos puede ahorrar muchas impaciencias y malos ratos familiares.
Estas vacaciones puede ser una buena oportunidad para ponernos pequeñas metas en este sentido. Por ejemplo: “me voy a quejar menos que ayer”, “voy a colaborar un poco más”, “no me voy a quejar de este hijo”, etc.
Estas pequeñas prácticas son una oportunidad para ser un poco más libres, sin quejarnos y “sufriendo con paciencia” las imperfecciones propias y ajenas con paz.
Y por último, no podemos olvidarnos de darle principal protagonismo a la CREATIVIDAD y al juego libre. Para que esto ocurra nuestros hijos, en más de una ocasión, tendrán que aburrirse, asi que podemos pensar que estas vacaciones son otra gran oportunidad para disminuir pantallas, disminuir programas todos los días, porque la creatividad surge entre los momentos de ansiedad y aburrimiento.
El aburrimiento es necesario y positivo porque logra que nuestros hijos salgan de su zona de confort, experimentando, explorando y realizando actividades nuevas por su cuenta
No es necesario, entonces, bloquear el aburrimiento con estímulos externos ya que los niños tienen un movimiento natural hacia la proactividad. Pongamos a mano juegos de mesa, cartas, rompecabezas, bloques, mantas, algún instrumento y ante el “mamá, papá, me aburro” recurramos a los niños para que sean ellos los responsables de encontrar soluciones e ideas para abatir el aburrimiento.
Las virtudes no se toman vacaciones así que a seguirlas trabajando, el esfuerzo no será en vano!
¡¡Felices vacaciones familias!!